Dani López, entrenador del Alevín ‘B’: “El TrivalValderas es un un buen sitio para crecer, aprender y disfrutar”
Cuando pisé La Canaleja para formar parte del equipo de Comunicación del TrivalValderas, Dani López estaba entrenando al Alevín “B”. He de decir que no pude mirar a otro lado al escuchar su voz rasgada, pero también debo reconocer que me quedé observando todo su entrenamiento al ver cómo se dirigía a cada uno de sus chicos.
Paraba el ejercicio, se dirigía a los jugadores que lo necesitaban, pero no utilizaba las mismas palabras ni siquiera los mismos gestos para todos. Iba mucho más allá de eso: se ponía en la piel de cada uno de ellos a la hora de hablarles o darles un toque de atención.
Fue entonces cuando pensé que Dani debía ser entrenador, pero también maestro o psicólogo. Y lo cierto es que con el tiempo, descubrí que no iba mal encaminada: estudiaba Psicología.
Nuestro entrenador llegó al TrivalValderas la temporada pasada, pero ya ha sabido ganarse el cariño de todos. Nunca le falta una sonrisa en todo lo que hace ni tampoco da una voz más alta que otra. Es de esos entrenadores que el fútbol necesita, porque no sólo enseña a jugar, sino también a ser buenas personas.
Le hemos entrevistado para conocerle un poco más de cerca:
¿Cómo te defines?
Un chico alegre, nervioso, alegre. Siempre tengo que estar haciendo algo o pensando. No me gusta nada perder el tiempo, porque me parece algo súper valioso. Me gusta intentar ser buena gente e intento no ser muy impulsivo, con el paso de los años el control va en aumento (se ríe).
¿Cómo fueron tus años como jugador de fútbol sala?
Empecé a jugar bastante tarde al fútbol si lo comparo con los niños de mi edad.
Lo hice con doce años en el equipo de mi colegio en una liga de colegios religiosos. Estuvimos jugando dos o tres años y como el colegio vió que había buena química, decidió federarnos.
¿Y cómo recuerdas ese paso a un equipo ya federado?
Recuerdo que empezamos muy abajo, en Primera Juvenil y ese año quedamos a mitad de la tabla. Después la segunda temporada fue muy buen año, porque ganamos la liga y prácticamente todo los partidos por goleada, pero también quedamos cuartos en la Copa de Madrid de fútbol sala contra grandes equipos como Rivas-Vaciamadrid.
En definitiva, siempre he jugado al fútbol sala en el colegio y con los amigos, disfrutando muchísimo. He tenido la suerte de tener cuatro o cinco entrenadores muy buenos que me han enseñado a entender qué es el fútbol.
¿Qué cualidades tenías como jugador?
Es cómico, porque cuando empecé era bajito y rápido. Siempre estaba buscando el regate, la porra, pero con el tiempo, pegué un gran estirón y empecé a tener problemas en las rodillas, tobillos..
Y, con ello, empezó a cambiar mi forma de jugar, aunque al principio no lo aceptaba. Me costó mucho cambiar, pero terminé aceptando que ya era un jugador más de tener el balón, de pivotar, de distribuir, de meter ese pase entre líneas. Recuerdo que antes de los partidos me tenía que concienciar muchísimo. Después con el tiempo, me di cuenta de lo importante que es la psicología. Al final acepté que de un año a otro había cambiado totalmente mi forma de jugar.
¿Y cómo es que acabes entrenando niños de Fútbol 11?
Fue en mi último año de juvenil donde ya tenía muchos problemas en las rodillas. En un partido, me dieron un gran golpe por el que estuve cinco meses inactivo. Tenía que ir a rehabilitación todos los días y al volver era como una barra de hierro más que cuando cambié de registro (se ríe).
Entonces, pensé que si ya no podía disfrutar del fútbol dentro del campo, podría ser feliz también fuera de él. Hice un curso de fútbol base a través de la Federación y empecé a echar curriculum por los equipos de mi zona y me llamaron de uno de ellos. Tuve un Chupetín y un Prebenjamín “B” y, desde el primer minuto que estuve en el campo con ellos, me sentí como nunca me había sentido.
Si tuvieras que quedarte con un momento deportivo, ¿cuál sería?
Fue en la semifinal de la Copa de Madrid de fútbol sala. Éramos un equipo de segunda que habíamos quedado primeros en nuestra liga, que jugábamos en el patio del colegio, mientras que otros lo hacían en pabellones. Ese día sonó el himno de la Champions y nos dio una gran alegría, además, habíamos ido en autobús que para nosotros en ese momento era como algo diferente.
Todo el equipo estaba súper concentrado y haciendo un buen calentamiento cuando vimos a nuestros rivales (Rivas-Vaciamadrid), nos quedamos un poco alucinados, porque eran muy grandes. Eran jugadores que jugaban en la liga nacional. Bueno pues empezó el partido y logramos meter un gol. En ese momento, estábamos muy “arriba”, pero el partido acabó y nos ganaron 12-1. Al principio fue muy decepcionante, pero con el paso del tiempo, nos hemos reído mucho recordando ese día.
¿Hasta qué punto es importante la gestión de grupo?
La gestión de grupo lo es todo. Los jugadores por lo general con más o menos criterio saben pegar patadas a un balón, pero al final si el mensaje del jugador no llega, si el jugador sale al campo y sólo piensa en él, si no hay sinceridad ni respeto pues al final todo eso se nota en el campo. Al final los equipos que formar un buen grupo son los que acaban haciendo cosas grandes.
Tu otra pasión es psicología, ¿de qué forma te ayuda en el trato con los niños?
Para mi vida en general, la psicología me ha ayudado a ver las cosas desde otro punto de vista o por lo menos intentarlo. Me ha ayudado a sopesar otras formas de ver las cosas.
¿Crees que el fútbol base necesitaría más psicología y menos técnica?
Creo que el fútbol no necesita más psicología y menos técnica, sino que al igual que con el paso de los años se ha aumentado el perfeccionamiento en el aspecto físico, también se debería aumentar todo los aspectos psicológicos. Es cierto que ya se está trabajando. De hecho, en los cursos de entrenadores, ya te piden no sólo los componentes tácticos, físicos, sino también psicológicos.
En este sentido, creo que el TrivalValderas y su equipo de psicólogos están haciendo un gran trabajo. Al final al igual que el niño se está conociendo motrizmente hablando, también tiene que conocerse mentalmente. Durante un partido, sufres diferentes emociones que tienes que saber cómo gestionar. Creo que todos los clubes deberían trabajar la psicología.
Precisamente, ¿qué cualidades tiene que tener un buen entrenador en tu opinión?
Tiene que tener una personalidad bastante fuerte, porque está sometido a muchas opiniones y críticas. Si no tiene una mentalidad bastante dura o fría, al final terminará “cayendo”. Tiene que ser un tío decidido, saber empatizar con cada uno de sus jugadores y con la cabeza muy fría, pero a la vez tener ese don de gente.
¿Cuándo y cómo aterrizas en el TrivalValderas?
Jorge Carracedo me puso en contacto con Carlos, uno de los psicólogos del TrivalValderas para hacer las prácticas de la carrera. Entonces, empecé de psicólogo deportivo con Iván en el Juvenil “C”. Me impliqué muchísimo, porque me encantaba. A la vuelta de Navidades, se quedó libre un equipo y me dijeron que si quería llevar el Alevín “C”, dije que sí y la verdad que estoy muy agradecido.
¿Qué destacas del club?
Es un club que me gusta mucho por la cercanía de la gente. Hay buen rollo y eso favorece el clima de trabajo. Como hay tanta gente trabajando a la vez, se pueden aprender muchas cosas de cada uno de ellos. También cabe destacar el Departamento de Psicología que hacen una labor encomiable. Por otro lado, el hecho de tener un equipo en Tercera División hace que los jugadores se lo tomen de otra forma. También Nacho le da un plus de calidad en todo. Es un buen sitio donde crecer, aprender y disfrutar.
¿Qué es Dani sin el fútbol?
Es una persona de 25 años que estudia Psicología en la UNED. Un chaval con muchas motivaciones y aspiraciones pero también muy inquieto al que le gusta saber el porqué de todo.
Cuando no hay un balón de por medio, ¿cómo te diviertes?
Salir con mis amigos, estar con la familia y disfrutar de los paseos con mi perro. También me gusta mucho viajar y conocer sitios y gente nueva, el mar y la montaña. Todo lo que sea fuera de la rutina, me flipa.
Una manía
Tengo que tener todo controlado.
Un defecto
Siempre voy pillado de tiempo para todo. Me entretengo con todo.
Una virtud
Ser positivo. Suelo conectar bien con las personas.
Un jugador
Raúl González.
Un equipo
He sido del Real Madrid siempre, pero desde que he empezado a tener un poco criterio y amante del fútbol amateur, Florentino Pérez no me gusta nada. Entonces, soy amante del fútbol. Disfruto viendo a cualquier equipo que haga buen fútbol.
Un deseo
Tener salud para disfrutar de todo esto. También seguir con el mismo entusiasmo y positividad para seguir muchos años más.
Y, por último, ¿cómo te gustaría que te recordarán?
Me gustaría que me recomendarán como una persona que les ha aportado algo ya se hasta para lavarse los dientes.